Darle un mordisco a la luna y sentir el dulce cuando me besas, despertar y evocarte en lo primero que pienso, mirar el cielo y dibujarte en la nubes , escribir para encontrarte en cada letra que forman mis palabras, dibujar las sombras de un paisaje y transformar los oscuros viajes con tu presencia qué aparta las pretenciosas miradas de aquellas qué provocan dudas misteriosas, desfigurarte en lo que llamo yo escritos por que me gusta tanto hacer de ti nada, púes aunque ello te haga en realidad lo eres todo, tu esencia se esparce por todo lo que pinto, tan así que hoy te miro con asombro de causar en mi tanto como para tenerme en limbo, sin rumbo a la espera de un inminente dual destino... Sin ti en un paraíso o contigo en un infierno divino.
Un Paraíso ciertamente...
Me descubriste cuando me enamore de ti, me engañaste luego como si nada te importara y trate de ahogarte en mis escritos que lloré durante mucho tiempo destruyendo todo y haciendo un paraíso de demonios la poesía. Me besaste y palpitó mi corazón y corrí apresurado a morir en escritos bajo tu manto de escarcha, lagrimas que solo se rompían como cristales contra el piso y que solo hacían de una tragedia algo tan hermoso como para vivirla y quedar sedado ante tanta pasión y lujuria...
Un Infierno Divino ciertamente...
Me perdí entre las curvas delgadas de tu coqueta figura, fue entonces que te bese y descubriste con asombro lo enamorado que estaba, perdí ante las fantasías de nuestra historia y recurrí a ellas para evocar los más disparatados escritos, donde devore con arrogante apuro tu cuerpo y me arte de tus entrañas cuanto quise el día de nuestro entierro. Desperté y el sol no estaba púes el cielo era color de llamas ardiendo por todo el firmamento, las bolas de fuego devastando toda alma que deambula por el lugar, los rios de lava carcomen toda ilusión y tu allí sentada en ese risco observando el inmenso infierno disfrutando esa vista que nos unía, ese horizonte al cual pertenecía nuestra misma historia...
Un Paraíso ciertamente...
Me descubriste cuando me enamore de ti, me engañaste luego como si nada te importara y trate de ahogarte en mis escritos que lloré durante mucho tiempo destruyendo todo y haciendo un paraíso de demonios la poesía. Me besaste y palpitó mi corazón y corrí apresurado a morir en escritos bajo tu manto de escarcha, lagrimas que solo se rompían como cristales contra el piso y que solo hacían de una tragedia algo tan hermoso como para vivirla y quedar sedado ante tanta pasión y lujuria...
Un Infierno Divino ciertamente...
Me perdí entre las curvas delgadas de tu coqueta figura, fue entonces que te bese y descubriste con asombro lo enamorado que estaba, perdí ante las fantasías de nuestra historia y recurrí a ellas para evocar los más disparatados escritos, donde devore con arrogante apuro tu cuerpo y me arte de tus entrañas cuanto quise el día de nuestro entierro. Desperté y el sol no estaba púes el cielo era color de llamas ardiendo por todo el firmamento, las bolas de fuego devastando toda alma que deambula por el lugar, los rios de lava carcomen toda ilusión y tu allí sentada en ese risco observando el inmenso infierno disfrutando esa vista que nos unía, ese horizonte al cual pertenecía nuestra misma historia...
By Andrés Arana
@SiendoPoeta
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Paraíso o Infierno Divino