Andres Arana

miércoles, 4 de diciembre de 2013

Una escultura


 Sí tal vez pudiera yo describirle en versos e inventar una poesía, qué desnudara la belleza que ostenta su figura delgada y con estas manos endebles crearle en su consideración una escultura hecha de cristales derramados de las lagrimas de mi corazón cauto, para  que brillase tenue en las más oscuras de las noches y llenara de armonía el camino por donde los pies me guían.

Nieve pura de la más blanca, eres el ángel qué acoge el corazón sin ilusión y hace digno del amor verdadero, quien salva el alma de deambular en eterna penumbra entre los vestigios de pasados amoríos y calma la sed con un futuro distinto donde los labios han de posarse en paz, en los pétalos mas finos que ha observado la vida crecer.


copyright© all rights reserved

0 comentarios: