Andres Arana

viernes, 6 de junio de 2014

Delirio «Amanecer de lagrimas»



Te detienes, notas que vas caminando lento, tus brazos están relajados, más bien decaídos y entonces no miras más el horizonte, divagas, tu mundo es ése asfalto que hoy pisas, entonces el viento detrás de ti, ¡te abandona!, te das cuenta y haz quedado solo, las hojas de los arboles rodando, se opaca el día y tú, tú ya estás lejos de ti.

Entonces contraes tus piernas y te acurrucas, todo te llega, lo pesado de respirar, lo dificil que es mirar, lo temible que es sufrir; Te llega toda una realidad y no logras esconder las lagrimas caer...

No entiendes que pasa, aunque a decir verdad lo haz vivido incontables veces, pero no quieres recordarlo, es mejor no admitirlo, tú, allí y nadie más, eso fue lo que siempre pasó, ese fue siempre el vacío que te acompaño.

De nuevo el amanecer se inundo de lagrimas, de sollozas injusticias, de recuerdos 
penados, de amarguras divinas, y entonces no me explico cual es el aire que respiro, que es lo que vivo, qué es ¡maldita sea! lo que el corazón pide, ¿Por qué no lo escucho?, ¿Cuál es su sinfonía? en medio de tanto silencio...

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