Andres Arana

martes, 5 de noviembre de 2013

Al final solo queda el dolor


Una vez más no dejo de pensarte,  ni de escribirte, es tan absurdo que en la apatía al cual me has sentenciado aún vea en mi,  vestigios de los sentimientos. ¿Cómo pensarte? sí más allá de negarlo no lo entiendo, sí tus risas pertenecen a otros ojos y tu cabello corto mis manos ya no acarician; soy tan patético que entre mis celos dañinos me quedé en silencio para morir de ilusiones desoladas, vacías, olvidadas.

No hay preguntas,  más las dudas me aquejan y sin tiempo de paz, es como caminar en la lluvia de tempestad y tratar de esquivar gota a gota de agua que el cielo derrama en la tierra; es como si en mis días existiera esa parte donde no sé quien soy, donde me ahogo y no encuentro el timón del barco en el cual navego.

No dirijo el rumbo ya y a ciegas he de caminar púes para serte sincero en esta playa donde acabo de llegar,  prefiero perderme el bonito paisaje de este infierno que mirarlo sin tu compañía púes eso no tendría ningún significado, nada sería valioso...

A esos demonios no les basto lamer mis pasos, gustosos de los destinos sentenciados se regocijan en mi inminente derrota. Sabes allá he de llegar temeroso, ya varias veces me he enfrentado a los abismos de la soledad, del desamor de la apatía y ya me he acostumbrado a sentir que la piel pesa, que el viento duele, que las nubes se tornen grises cuando se reflejan en mis ojos  y que las cadenas en mi cuello me quitan el aliento y me sofocan al caminar. Desagradables caricias que pesan como las palabras que plasmaste en mi vida para hacer daño....

Me pregunto ¿Qué haré?  sí donde se supone que debes estar  solo hay un vació, ese que se alimenta de los cristales que cayeron esa vez, esa vez que silencie para siempre mi boca y jamás te volví a ver, como si fuera poco sentenciado fui a escribirte por la eternidad en soledad, condenado a llevarte en mis letras para creer que aun estas conmigo y que aun puedo tomarte de la mano y dar vueltas o tal vez sujetar tus piernas y alzarte en mis brazos para darte besos en las mejillas y en la frente. Se supone que esto me hacía feliz pero nunca fue un juego eso lo sé y  perdí de nuevo por que otra vez  al final siempre al final, se quedo todo en dolor y desilusión, se quedo en palabras esquivas que obligan a nadar en nada verdadero...


Leer  escuchando esta canción: http://www.youtube.com/watch?v=OrxfoiQV0Pc




By Andrés Arana


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