Y en la tarde se puede advertir un infierno, ese qué hace de un calvario sufrir a todo aquel que besa tu piel, a todo aquel que se regocija en tus labios qué canta una tétrica y agónica sinfonía para calmar las almas de quienes alguna vez sangraron por tu indiferencia.
Púes si alguna vez por tu amabilidad mi nombre es considerado y al susurrar los sueños sesgados de un pasado, dieras aprecio a los actos del corazón cautivo de tu resplandor mirar; Me perderé entre los brazos que me acogen y tu pecho cálido que sincroniza mi palpitar para danzar en sueños alegres mientras a tu alrededor yace un infierno más de este mundo de realidades absurdas, que busca carcomer tu paz, qué busca privar la esencia libre que yace en nuestro interior.
By Andrés Arana
Calvario