Andres Arana

martes, 24 de septiembre de 2013

Víbora





Fue su disfraz el que cautivo mis ojos, ciertamente me deje llevar por la apariencia virginal; uno de tantos vestidos que uso en la época aquella donde su saliva pasaba por mis labios llegando a mi boca para tragarla, recuerdo su dulce néctar de flor de primavera como la primera vez que le dije te quiero. Un insulto exploto el llanto púes sus disfraces hoy los usa en vano, por fin he entendido que sus mieles entre las piernas son solo veneno que coquetea con cualquier atravesado.
Una víbora eso es ella, una arrastrada que se empantana de las tristes historias de algunos ingenuos, su vidas melancólicas de sufrimiento que promete ella sanar y de los sentimientos rotos que promete cicatrizar.
vive su realidad y critica la de los demás, somete bajo sus reglas a sus amantes y los lleva a miserias peores nunca antes vividas; Me pregunto ¿por que no vi a tiempo su veneno letal?.
¡Estúpida! prefiero ver como unos perros de calle devoran mi cuerpo a ser tu muñeco en tu juego, a ser el esclavo que cumple tus deseos y vive para satisfacer tus antojos. tu no amas pues nunca has conocido ello, jamás podrás amar si de tu ego sigue allí dentro de ti carcomiendo tu alma sin darte cuenta.

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