Andres Arana

sábado, 12 de abril de 2014

Un rescate

No sé que es más triste, sí mirarte a los ojos y sentir que no respiro o darme cuenta que el destino jugo con nosotros a su antojo y hoy nos tiene al borde del abismo del olvido, no sé que pretendemos ante esta lejanía, ante las grietas en las heridas de las dudas y los tormentos de la voz diciendo que todo esta mal hecho, que todo esta negro.

No sé que decir al menos para comenzar una conversación, siento que doy asco o pereza aunque eso para mi sea lo mismo, en realidad ya no quiero inventar juegos para hacerte rabiar ni para verte sonreír; es el caso ya que quiero morir púes he perdido la fe, la que tanto me ha salvado de la desdicha, la que tanto me ha hecho paciente, la que me había hecho todo un hombre benévolo...

No quiero verte, ¡ya no!, para que el tiempo me golpee con otra imagen tuya besando cuanto labio corroído se acerque a tu horizonte prefiero olvidar y en sigiloso movimiento huir de tal desdicha, de tal desgracia que a mi corazón petrifica...

No sé que es más triste la cobardía que domina nuestra historia o la lejanía que hoy desconoce lo vivido, tal vez es más triste que hoy el amor implora un rescate urgente...

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