Yo fui quien le espero aquellas noches bajo la arena blanca, bebía entonces ese vino que inhibía mis sentidos queriendo estar tranquilo púes la desilusión me consumía poco a poco, y al ver las hojas caer de los arboles las horas pasaban sin que ella llegara.
No recuerdo cuantas noches fueron que perdí buscándola, ya mis sueños eran laberintos indescifrables con su rostro por doquier. Ella la mujer a quien mi corazón le otorgo la mayor parte de mi vida, a quien lastimando mi orgullo me olvidé en sus labios ahora pertenecía al mundo que no conocía y se convertía en tan solo un fantasma que susurraba mentiras.
Sus palabras apuntaban al olvido aquella última vez en que roce sus labios con los míos, recuerdo que era un niño fantasioso quien descubría en ella lo jamás conocido y a quien le enmudecía ese sentimiento que te abrazaba en la grandeza tal cual como un abrigo te salvaba del más terrible de los fríos...
¿Quien te espero?
¿Quien te espero?
Sí no fui yo, tan sólo lagrimas del cauto caían, tan pobre diablo que su diosa sin considerarle es abandonado; fui una triste sombra a quien la noche le robo su vida púes en triste designo.... El amor es tan frágil como para partir en dos el alma de alguien como yo, un enamorado de ilusión...
¿Quien te esperó?