Andres Arana

sábado, 1 de marzo de 2014

El espejo donde jamás pude reflejarme

Alguna vez pude sentir la felicidad, alegría de verla, de soñar con ella, de pensarle, hablarle y tocarla; recuerdo dentro de lo poco y nada que ya queda, que amarle era mi más ferviente deseo tan absurdo era que no existían los días cuando su vos se desaparecía, su cuerpo tambaleante ya dibujaba las curvas por donde mis ojos se perdían y las sensaciones al recorrerlo con los besos eran lo más dulce de la fantasía...

Eran aquellos días donde las mariposas cambiaban de color, las nubes eran de chocolate, y el aire tenía ese peculiar olor a ella; Alguna vez yo me convertí en su mejor creyente y le robaba los suspiros al aire púes hasta los más mínimos detalles eran obras maestras que dejaban sin aliento a quien pudiera observarle.

Tanta fue la pasión cuando su cuerpo acaricie, qué como si fuéramos un solo ser estábamos tan embebidos del placer y fuimos cayendo presa del amor quien nos hizo en esa tarde, caricias, gemidos, escondidos y con temor a ser descubiertos...

Yo perdí su rostro y hoy ni le reconozco, el tiempo solo se encargo de conocernos más y detestar el uno del otro, como indiferentes del amor nos guiamos por la senda del olvido y desprecio, cada paso que se plasmo en la arena y la historia que se grabo en ella no quedo ni su más mínimo rastro porque las tormentas han venido a borrar cada una de ellas...

Su cara de ternura fue el espejo donde jamás pude reflejarme, el rostro de la incertidumbre, de indecisiones y dudas, hicieron de mi el más de los valientes guerreros que sea atrevieron a cautivar su corazón pero me perdí por no soltar su mano, me perdí de mi y yo ya no sé...

Simplemente ya no sé que hacer para estar bien, mi cabeza da vueltas, sueño con ella donde sus palabras caen al piso quebrándose como un espejo. Las noches no son lo mismo, duermo pero no cierro los ojos, suspiro y ya no es por ella, me distraigo pensando cosas «Ella ya no esta, entre esas cosas», muero lentamente púes respiro y ya no es su mismo aire, he perdido fuerzas y ganas, ya no me motivo a hablarle y tan siquiera a tenerle paciencia, ya no creo que sea justo... simplemente estoy cansado.

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