«Sus ojos ardían, su piel era deseo, tal vez nieve, quizás, pura.
el alma se quiebra y su presencia advierte lujuria, en esa noche se ha perdido la cara luna.
Al tacto congela y los labios en llamas se queman
el agobio dibujando el ocaso, embebido en locura y delirio
quebrantando el aliento, ella sigilosa como un suspiro.
Se hunde en las heridas de mi piel
cómo aquel barco que desapareció de mi vista, en ese lago de silencios...»
el alma se quiebra y su presencia advierte lujuria, en esa noche se ha perdido la cara luna.
Al tacto congela y los labios en llamas se queman
el agobio dibujando el ocaso, embebido en locura y delirio
quebrantando el aliento, ella sigilosa como un suspiro.
Se hunde en las heridas de mi piel
cómo aquel barco que desapareció de mi vista, en ese lago de silencios...»
Ella...