Andres Arana

viernes, 17 de octubre de 2014

Entre las arrugas de una montaña

«Era un lugar que me hacía sentir como si fundido estuviera en tus pupilas, era romántico, de paz al sonido de la cascada al fondo del lago, rodeado estaba de arbustos verdes con olores peculiares, era escondido entre las mejillas de una montaña, el agua reflejaba ese basto verde como si el cielo se bañara de arboles gigantescos, había musgos en ellos como si llevaran allí años, muchos años construyendo una belleza.

Ese lugar me recordaba tu mirar, tan fresco, tan libertino, tan ameno y tan puro, entre esas arrugas de la montaña te recordaba yo mientras suspiraba....»

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