Andres Arana

miércoles, 30 de abril de 2014

Un desliz de suerte

Entre sus manos habita el amor, uno de esos que no exigen nada, y qué con la mirada la amabilidad del sentimiento aborda, produciendo leves escalofríos, no de esos cuando tienes frío, si no más bien, de esos que son excitantes, de los que son adictivos, de los que uno quisiera sentir durante toda la vida.

Son de esos que te hacen polvo que arrastra el aire libertino, un amor palpable, no en su cuerpo ni en sensaciones, palpable como el alma, que sabes que está allí dando vigor y fuerza.

A su desgracia se ha topado con alguien como yo, un testarudo empedernido, un terco sin remedio, un disparatado que escribe poesía, que se funde con las letras para calmar los demoníacos deseos de un buen placer, amante a seducir; Se ha topado con alguien como yo, un simple tonto, un cardíaco crónico qué no se cansa de morir entre amores fugaces, de esos vacilantes, de esos de piernas largas y lujuria...

No es justo, lo sé, porque entre mieles del regocijo a su lado, he de considerar que algún día ese amor como todos, se esfumara entre tristezas y sollozos, cómo suele suceder con todo amor que me choca de frente...

No es justo, lo sé, no hay dignidad que me eleve ante su consideración, púes yo sólo he contado con un desliz de suerte...

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