
En el viento su aroma y entonces el silencio se evoca, su tacto amable en su consideración ¡yo existo! y entonces la felicidad nace, nace de su atracción, nace entonces el amor, justo en el deseo de sus labios, justo allí en su piel morena...
Algunas veces de su mirada estallan suspiros, algunas otras te hace valioso, de las disparatadas ocurrencias sonrió, en verdad...
Si tú, morena...